El cultivo del pistacho: Características
El árbol
El pistachero (Pistacia Vera) es un árbol originario del Asia Central, de porte mediano, unos 10 metros de altura. Es una planta dioica, como el Kiwi, es decir que en estado salvaje los sexos están en árboles distintos, o sea que hay árboles macho y árboles hembra. Las flores de los machos solo producen polen, mientras que las femeninas (árboles hembra) producen frutos que son en forma de drupa ovoide rojiza-violácea y con una sola semilla de un olor característico: el pistacho.
Un cultivo resistente
El pistachero es el árbol frutero más resistente al frío y al calor. Aguanta temperaturas inferiores a los -30°C y superiores a los +45°C. El cultivo del pistacho precisa una humedad relativa baja y no florece hasta la segunda quincena de abril, por lo que es muy improbable que una helada primaveral pueda dañar las flores, como acostumbra a pasar con el almendro.
El pistachero es un árbol muy longevo, pudiendo superar fácilmente los 500 años. Esto significa que el cultivo del pistacho supone, una vez enraizado, una inversión para varias generaciones.
Un cultivo apto para secano y regadío
El cultivo del pistacho es una opción válida tanto para explotaciones de secano como de regadío, aunque es interesante diferenciar el comportamiento del cultivo del pistacho según la aportación hídrica. En secano es de crecimiento y fructificación lenta, pero en regadío la situación mejora considerablemente, de tal forma que, si se cuidan adecuadamente, empiezan a dar frutos a partir del cuarto año.
Un cultivo mecanizado
El cultivo del pistacho requiere muy poca mano de obra, ya que tanto la poda como la recolección se pueden realizar mecánicamente. La poda con discos y la cosecha con paraguas invertido y vibrador. El resto de labores (cultivar, herbicidar, sulfatar…) se realizan con el tractor y el abono se puede aportar con el agua de riego (fertirrigación).
Un cultivo productivo
El marco de plantación ideal para el cultivo del pistacho es de 6×6 m. En una hectárea caben unas 275 plantas. Como ya hemos comentado, el cultivo del pistacho requiere de ejemplares macho y hembra para producir fruto. Para garantizar una buena polinización durante los primeros años se aconseja plantar un macho rodeado de ocho hembras e ir repitiendo este esquema en las dos direcciones.
En California, cuando los machos ya van sobrados de polen, el 50% de ellos, o más, se injertan de hembra, con lo cual aumentan la producción. Actualmente, en plantaciones en plena producción, la producción promedio es de 5.000 Kg de pistacho por hectárea.
Un cultivo rentable
El cultivo del pistacho se ha demostrado ampliamente rentable. A modo de ejemplo, si la plantación se realiza como es debido y realizando estimaciones conservadoras, con una producción a la baja (en regadío) de 2.500 Kg/ha y un precio promedio (distintos calibres y cerrados), también a la baja, de 6,00 €/Kg de pistacho con cáscara, nos daría un rendimiento bruto por ha/año de 15.000 €. Si a esta cantidad le descontamos 6.000 € de gastos de mantenimiento de la plantación y procesado del fruto, quedaría un rendimiento neto antes de impuestos de 9.000 €/ha. año.
El cultivo del pistacho: Una apuesta con futuro
«Considerando que su consumo no para de crecer y que la demanda supera la oferta, nada hace prever que los precios puedan sufrir los altibajos que tienen la fruta dulce de hueso, de pepita, la uva o el cereal.»
Cuando se dice que el cultivo del pistacho es apostar por un cultivo rentable y una apuesta de futuro nos estamos refiriendo a que el cultivo del pistacho sea probablemente el que dé mayores rendimientos económicos y que éstos se prolongarán durante un período dilatado en el tiempo.
Hay que tener en cuenta que el cultivo del pistacho en la Unión Europea solo es factible en el sur de Italia (Sicilia), Grecia, Chipre, España y Portugal. Los tres primeros ya llevan bastantes años dedicándose a su cultivo. En España y Portugal su cultivo es relativamente incipiente. Si bien es cierto que en España hace ya unos treinta años que se cultiva el pistacho, la superficie plantada, hasta la fecha, era simplemente anecdótica. Desde principios del siglo XXI la apuesta por el cultivo de pistacho en la península se ha incrementado, cada vez hay más agricultores que se deciden por este cultivo, probablemente animados por los comentarios que oyen de los que hace ya unos años tomaron la acertada decisión de plantarlos y ahora están recogiendo una alta rentabilidad.
Considerando que su consumo a nivel mundial no para de crecer, que la demanda supera la oferta, que la UE tiene una población de 500 millones de habitantes y solamente se puede producir pistachos en los países que hemos comentado anteriormente, nada hace prever que los precios puedan sufrir los altibajos que tienen la fruta dulce de hueso, de pepita, la uva o el cereal.
De hecho, las expectativas sobre la rentabilidad del cultivo del pistacho apuntan a que su precio siga creciendo año tras año, como ha sucedido durante las últimas décadas.